Creo recordar que tenía quince años cuando escuché por primera vez a Amy Winehouse, me dejó flipando, por esa época además estaba superfreak con el soul, el RnB, los grupos vocales… Pero me daba cuenta de que escuchaba a gente “antigua” por llamarlo así, James Brown, The Temptations, Aretha Franklin, Nina Simone, Etta James, Marvin Gaye, Percy Sledge… Cuál fue mi sorpresa cuando vi que Amy no era una cantante de los sesenta, setenta, sino que era una pivita de veintipocos años y que cantaba como una diosa, que eso estaba ocurriendo, que el Soul había vuelto en todo su esplendor.
Frank fue un disco increíble, aun más increíble fue Back to Black, que canciones, que sentimientos expresados con garra, con fuerza, hablando claro, era su vida en canciones, los amores no correspondidos, el alcohol y las drogas, la indiferencia a críticas, a credos, a lo establecido, la lucha por la personalidad, por ser ella misma.
Recuerdo los días yendo hacia clase con mucho frio, un pitillo en la boca y Amy en mis cascos, su música me metía en una pompa de groove, de blues, de bombos y cajas de hip hop mezcladas con las mejores melodías jazz, y la voz más maravillosa del mundo, era otro nivel. Resumiendo, amaba su música.
Luego la dejé algo aparcada, dejé de escucharla tanto, aún siendo para mí de lo más grande del mundo. Empecé a ver que se hablaba de ella en la televisión, en las revistas, en internet, pero no por lo mismo que yo había visto en ella cuando era un crío, sino por otras historias, adicciones, peleas, deterioro físico, espectáculos bochornosos en vez de conciertos… Amy estaba muy jodida, esa chica con curvas estaba quedándose escuálida, chupada, muy mal, no me gustaba nada de lo que estaba viendo, aún así tenía fe, y les decía a mis amigos que esperaba verla algún día en directo y flipar, pero poco a poco esa fe fue apagándose. Sabía que no iba a tener la suerte de verla en directo nunca, por un lado porque los conciertos que daba desde hacía un tiempo eran bochornosos, cuando vino al Rock in Rio de hace un par de años, al cual no pude asistir, ya no hizo un concierto en condiciones, y la otra razón, porque y es triste decirlo, casi todo el mundo sabíamos que Amy no duraría mucho.
Aún así, siempre es jodido ver como uno de tus ídolos muere, aunque te lo esperaras, y más siendo tan joven, me rayé un montón.
La Diva del Neo-Soul murió en Londres el día 23 de Julio, tenía veintisiete años, la recurrente edad maldita a la que murieron otros muchos artistas de rock n roll que ya forman un selecto club de bonitos cadáveres, entre otros Jimi Hendrix, Jim Morrison, Janis Joplin y Kurt Cobain, espero que reciban a Amy con un conciertazo, allí arriba en el cielo.
Desde este blog, un servidor, intento hacer una despedida y sentido homenaje a la que para mí ha sido la única artista actual que ha llegado a emocionarme como puede hacerlo mi ídolo Jimi Hendrix, y todos los grandes. Y es que Amy, tu eres y siempre fuiste de los grandes.
Descansa en paz.